Tonatiuh Muñoz Aguilar
Pese a estar ubicada a tan sólo unos metros del Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos y de la estación del Tren Turístico, la zona de la 10 Poniente y 11 Norte, en pleno Centro Histórico de Puebla, es una de las más inseguras, principalmente en horas de oscuridad, según denunciaron usuarios de redes sociales y transeúntes entrevistados por Primera Plana.
De acuerdo con un mensaje que se volvió viral en los últimos días, atribuido a una poblana de nombre Marilu, quien se valió de la red social Facebook, en esta zona, inundada recientemente por los vendedores ambulantes, son comunes los asaltos violentos, los tocamientos a las mujeres que transitan por las calles con el objetivo de abordar el transporte público e incluso, la denunciante señaló que casi fue abusada sexualmente por un individuo que la amenazó e intentó llevarla a uno de los moteles de paso que se ubican en esa zona.
De nada sirve que en la Avenida 10 Poniente y casi esquina con 9 Norte esté ubicada la Academia de Policía de la Secretaría de Seguridad Pública del estado, ya que conforme al relato de la susodicha, cuando ésta acudió a los uniformados para solicitar ayuda, ellos desestimaron su denuncia al asegurar que el solo hecho de haber sido intimidada y “jaloneada”, no era motivo para acreditar delito alguno.
Acusan intento de violación en calles adyacentes
En por lo menos dos perfiles de redes sociales, poblanas que se identifican como Marilú y Sharon denunciaron haber sido víctimas de intentos de violación en días recientes cuando caminaban por la insegura zona y acusaron que fueron ignoradas cuando quisieron solicitar ayuda a elementos de Seguridad Pública.
De acuerdo con los testimonios que se encuentran disponibles en Facebook, ambas lograron salvar su integridad y tal vez su vida, debido a que fueron rescatadas por hombres -en un caso su novio, en otro un desconocido- que advirtieron lo que estaba ocurriendo y se enfrentaron con los presuntos delincuentes. No obstante, los vendedores ambulantes que se ubican en estas calles, lejos de ayudarlas, sólo se quedaron riendo.
“Caminando por la 10 Poniente y 9 Sur (sic) un pendejo me tomó por la cintura y me jaló del cabello diciéndome que caminara y que calladita. Pensando que me iba a asaltar me quité la bolsa y me dijo ‘pendeja no quiero tus cosas’. Al ir caminando hay un hotel de paso por lo que me pasaron mil cosas por la cabeza porque me iba manoseando y me rompió el pantalón. Al ir caminando hay pendejos que venden celulares, yo supongo que robados y sólo se reían”, relató la usuaria de la red social.
La otra denunciante identificada como Sharon, aseguró que el pasado 4 de abril alrededor de las 7:30 de la tarde iba caminando junto con su novio con dirección a la terminal de autobuses Flecha Azul, que se ubica en la 10 Poniente y casi 11 Norte, cuando un individuo moreno y “algo gordo” la sujetó con fuerza por la espalda inmovilizándola y le ordenó que no gritara.
Según ese testimonio, la zona estaba altamente transitada y Sharon caminaba aproximadamente un metro adelante de su novio, por lo que el presunto delincuente no observó que venía acompañada. Sin embargo, cuando el novio de la víctima intentó confrontarlo, aparecieron otros seis sujetos que golpearon al hombre hasta que la mujer logró zafarse y posteriormente, recibieron ayuda de otras personas, lo cual impidió que el incidente pasara a mayores.
En ambos casos, las denunciantes coincidieron en que no fueron auxiliadas por elementos policiacos y de hecho, la primera de ellas acusó que al acudir ante un uniformado, éste desestimó la denuncia al asegurar que como no le robó ningún objeto, no había delito que perseguir.
Zona insegura desde hace muchos años
Desde hace por lo menos una década, la zona de la 10 Poniente y 11 Norte se ha constituido en una intersección insegura para transeúntes y transportistas que circulan en dichas avenidas. La presencia de vendedores ambulantes y la poca iluminación en esas calles, contribuye en gran medida para que cualquier persona -principalmente mujeres y ancianos -se encuentre vulnerable durante las horas de poca afluencia y aun cuando las calles están muy transitadas.
Así lo demuestran no sólo los testimonios de Marilú y Sharon, sino también innumerables narraciones de personas que han sido despojadas de sus celulares y carteras cuando se disponen a abordar alguna de las muchas rutas de transporte público que parten de esas calles.
Flecha Azul, Ruta 2000, la 44, 44A, la ruta 1, la12, Cholula 14A, Cuanalá, S19 y S8, además de la Red Urbana de Transporte Articulado (Metrobús), son algunas de las líneas del transporte público que confluyen en estas avenidas, por lo que la zona se constituye como una de las más transitadas en horas de luz e incluso, cuando ya ha oscurecido.
Sin embargo, esto no ha impedido que los amantes de lo ajeno se aprovechen de la falta de seguridad pública e iluminación para no sólo robar carteras, sino también para acosar mujeres. De hecho, avenidas adyacentes como la 12 y 14 Poniente son conocidas por el importante número de moteles de paso y casas de cita donde se ejerce de forma semiclandestina la prostitución. Esta actividad no sólo es llevada a cabo por mujeres, sino también por hombres.
“Estaba esperando mi combi en la 14 Poniente cuando se me acercó un chavo y me ofreció que si no quería sus servicios. Si tú te pones a caminar de noche e incluso de día, ahí en esa avenida hay muchos muchachos que se prostituyen”, señala Dulce, una poblana que diariamente tiene que transitar por la zona para abordar la combi que transporta de Puebla a Cholula.
Otros testimonios como el de Sebastián N., quien vive en el Fraccionamiento Misiones de San Francisco, ubicado en la zona de Coronango, evidencian la facilidad con la que los rateros pueden hacerse de un teléfono celular que no pocas veces es vendido a los informales que se colocan sin ser molestados a plena luz del día en avenidas como la 8 Poniente.
“Me acabo de bajar de la (ruta) S19 y me entra una llamada, saco mi celular, apenas voy a contestar y pasa un ratero corriendo y con mucha fuerza me lo arrebata. A mí ni me dio tiempo de reaccionar, pues cuando empecé a gritar ‘ayuda’, únicamente la gente se me quedó viendo espantada. Ya nadie se atreve a echarte una mano”, señala el estudiante de 25 años.
Debido a que la ruta Flecha Azul transporta a usuarios que viajan entre los estados de Puebla y Tlaxcala, la avenida 10 Poniente sirve de paso y llegada para muchos habitantes del vecino estado que salen de sus centros de trabajo a muy altas horas de la noche y esperan la llegada de su respectiva ruta para dirigirse a sus hogares. Muchos de estos trabajadores son mujeres y relatan a Primera Plana el miedo con el que se enfrentan día a día, cuando tienen que esperar el transporte público.
“La última combi sale a las once y cuarto pero casi siempre se retrasa hasta las once y media o incluso más tarde. Ya es una hora muy elevada y en estas calles hay un chingo de rateros. Uno nada más está con el miedo de pensar ‘a ver a qué hora me asaltan’. Y bueno, pues ya lo material cómo sea, pero tantas jovencitas que esperan la ruta, sin decir pueden darles un jalón y ni quien las ayude”, asegura Silvia, habitante de Zacatelco, Tlaxcala.
Ambulantes inundan la 11 Norte
Desde que en el año 2016, el gobierno que encabeza el alcalde Luis Bank intentó reordenar el ambulantaje que asestaba avenidas como la 8 Poniente, estos se trasladaron a las calles adyacentes, por lo que durante los últimos meses, la Avenida 11 Norte, una de las arterias principales de la capital del estado, se ha visto materialmente inundada de vendedores que impiden el tránsito de personas y favorecen la delincuencia.
Es así como después de las 9 de la noche resulta difícil caminar por estas avenidas debido a la gran cantidad de personas que circulan y sobre todo en temporada de lluvias. Esto es aprovechado por los amantes de lo ajeno quienes recurren regularmente a la práctica conocida como “carterismo”, que implica la extracción de celulares y carteras sin que la víctima se percate del ilícito, debido a que ésta intenta abrirse paso entre la muchedumbre.
Los informales cada vez son más numerosos e invaden de manera más abierta las aceras de vialidades como 11 Norte, 10 y 12 Poniente, propiciando la contaminación terrestre y auditiva, así como generando actividades como las denunciadas por las usuarias Sharon y Marilú.
En la zona no sólo se ubica la estación del Tren Turístico, una de las grandes obras orquestadas por el gobierno de Rafael Moreno Valle, sino también el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, la Academia de Policía, el Instituto Poblano de la Juventud y la llamada “Casa del Abue”.
Investiguen bien, la noticia a nombre de Sharon, es mi hermana y es mi historia, ella me ayudó a compartirla, en ningún momento recibí ayuda de ningúna persona de los alrededores, después de recibir los golpes de los 6 agresores las únicas personas que se me acercaron fueron para decirme, “¿Qué te paso? Yo no vi, si no te hubiera ayudado” (cuando yo vi a las personas mientras me golpeaban), investiguen y no agreguen información que no esta en la historia, Gracias.