Redacción
El Padre Sergio Valdivia Bermúdez representante de la Arquidiócesis de Puebla, manifestó que a pesar de que cuatro de los templos que tienen imágenes sagradas registran daños por el sismo del 19 de septiembre, sí habrá Procesión de Viernes Santo el próximo 30 de marzo de 2018, a las 12:00 horas en el atrio de la Catedral de Puebla.
“En el caso del templo de nuestra Señora del Carmen, la Capilla de Santa Teresa que resguarda la imagen de la Virgen de los Dolores, está dañada al igual que el templo de la Soledad, el templo de San José, la Capilla que resguarda a Jesús Nazareno y el templo de Santa Mónica, que resguarda la imagen venerada del Señor de las Maravillas y solo el templo de Analco se conserva bien, pero todos los párrocos y quienes resguardan estas imágenes dijimos sí a la Procesión de Viernes Santo”.
En ese sentido se tomarán medidas preventivas para salvaguardar la integridad de las personas que participarán en dicha Procesión, además de que protección civil, ha asegurado que las calles por las que va pasar la Procesión de Viernes Santo están seguras.
La recomendación a los asistentes es llegar hidratados, con gorras y paraguas para cubrirse del sol y participar con alegría y entusiasmo, tomar precauciones por el corte de servicio de algunas calles y del servicio Ruta,
El Arqueólogo Eduardo Merlo, refirió que en los 27 años de la Procesión de Viernes Santo, intervendrán 6 imágenes, 5 que procesionan y una que preside y enfatizó que se espera la participación de más de 150 mil personas durante la Procesión de Viernes Santo, con lo cual sigue siendo una de las más concurrida y nutrida del país, además de ser una de las más fuertes del continente.
La Procesión de Viernes Santo en Puebla, tiene su origen en una antigua tradición que se instauró desde la época virreinal y que se llevó a efecto hasta mediados del S. XIX.
Fue en el año de 1992 cuando se revivió esta importante y fervorosa tradición para recorrer así algunas de las principales calles del Centro Histórico.
La “nueva tradición”, ha procurado mantener elementos esenciales de aquella que le dio origen, y en la que participaban fastuosamente las iglesias, templos conventuales de religiosas y hasta capillas del centro de la Angelópolis.