El conflicto postelectoral en Coyomeapan, demarcación enclavada en lo más profundo de la Sierra Negra, data de las postrimerías del año 2011, cuando por primera vez un miembro de la familia Celestino Rosas llegó a la presidencia municipal bajo el amparo de las siglas del PRI.
Desde entonces, integrantes de esa misma familia se han alternado en el poder auspiciados por distintos partidos políticos. Esto ha llevado a que pobladores agrupados en el colectivo «Unidos por Coyomeapan» pidan que el municipio sea declarado una «comunidad autónoma«, cuyo gobierno esté basado en el sistema de usos y costumbres, algo similar a lo que ocurre en Cherán.
En este último territorio perteneciente a Michoacán, los pobladores lograron desde hace 11 años que los partidos políticos se fueran, dejando la forma de gobierno enteramente a sus habitantes. Lo anterior fue gracias al Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que reconoce los derechos e identidades de los pueblos originarios, es decir de mayoría indígena.
En Coyomeapan hay 44 comunidades de mayoría nahua. Más del 90 por ciento de la población es hablante de esa lengua indígena y este jueves 12 de mayo, habitantes de la cabecera municipal (Santa María Coyomeapan), se reunieron en el centro del municipio para despedir a los tres muertos del lunes, Marcelo Carrera Bolaños de 45 años, Teófilo Barrera Herrera y Omar Herrera Raymundo, éste último de 15 años, entonando el himno nacional en el idioma originario.
De acuerdo con integrantes de «Unidos por Coyomeapan», la familia Celestino Rosas llegó al municipio en el año 2004, en ese entonces eran de posición socioeconómica humilde y en poco tiempo lograron acceder al poder, cuando en 2011, David Celestino Rosas ocupó la presidencia municipal por primera ocasión.
Tres años más tarde, lo sucedió su hermana Araceli (hoy diputada federal), una vez más postulada por el Partido Revolucionario Institucional y el Partido Verde. Posteriormente, en 2018, el médico David Celestino se reeligió como alcalde, esta vez por medio de la coalición conformada por el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano.
Pero en el año 2021, el cuñado de David y esposo de Araceli, Rodolfo García López, accedió a la alcaldía bajo las siglas del Partido del Trabajo y PSI, presuntamente a través de prácticas como la compra de votos. Dicha continuidad en el poder de miembros de una misma familia fue lo que colmó el hartazgo de los habitantes de Coyomeapan, quienes desde junio de ese año mantienen tomada la presidencia municipal y no permiten la circulación de las patrullas.
«Decepcionados» de los institutos políticos, los pobladores de esa demarcación serrana han encabezado acciones para lograr la conformación del territorio como municipo autónomo, en donde ya no existan más las coaliciones ni cacicazgos y con el objetivo aunado -similar a lo que ocurrió en Cherán -de expulsar a los narcotraficantes de Coyomeapan, pues aseguran que desde la llegada de los Celestino al poder, el crimen organizado se adueñó de la forma de vida por medio de prácticas como la venta de drogas y el huachicol.
Carlos Figueroa Ibarra, secretario de Derechos Humanos de MORENA en el estado de Puebla, asegura tajantemente que el colectivo «Unidos por Coyomeapan» no es un movimiento opositor al gobernador Miguel Barbosa ni mucho menos está relacionado con Antorcha Campesina, dos de las «mentiras» que Araceli Celestino Rosas ha difundido presuntamente de su posición privilegiada en la Cámara de Diputados.
El 8 de diciembre de 2021, el presidente Andrés Manuel López Obrador recibió desde Nayarit el reclamo de los pobladores de Coyomeapan por medio de una reportera que lo cuestionó sobre el tema en su conferencia de prensa. Ese mismo día, el primer mandatario instruyó al subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, para que atendiera este problema, que desde ese entonces ya apuntaba a un conflicto político y social de largo alcance.
Tonatiuh Muñoz Aguilar